Supervisiones Grupales

(máximo 4 personas)

Algunas personas prefieren experimentar la supervisión dentro de un grupo.

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Al igual que la supervisión individual, este formato está abierto a las personas involucradas en la relación de ayuda, ya sean terapeutas o entrenadores, principiantes o experimentados.

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Ningún formato es mejor que otro. La elección de uno u otro es cuestión de las necesidades propias. 

En sus líneas principales, la supervisión grupal ofrece servicios similares a la realizada individualmente, ya que sigue siendo el espacio de reflexión que promueve el dominio de las exigencias, cuestiones y dificultades vinculadas al ejercicio profesional. Sin embargo, y tratando de ser lo más objetiva posible, la supervisión de grupo tiene características específicas cuyas ventajas son innegables:

El primer aspecto es compartir.

Aquí todos vienen a compartir sus experiencias, a hablar de los casos clínicos que marcan su vida profesional y que revelan sus dificultades. Además, la supervisión de grupos es una oportunidad para conocer a profesionales de procedencias muy diferentes. Los testimonios y el compartir de cada persona, con sus propias herramientas, sus visiones personales, sus experiencias particulares, hacen de este espacio un lugar de trabajo colaborativo que concentra una inestimable cantidad de recursos para enriquecer su propia práctica. Una vez superado el efecto barrera, nos damos cuenta de que el contexto grupal dista mucho de ser tan intimidante como podríamos pensar.

¡Es más!

Es dentro del grupo donde el efecto de enmascaramiento está más atenuado. De hecho, al breve período de cierre y observación le sigue el momento en que nos vamos conociendo y nos abrimos. Gracias a un conocimiento cada vez mayor, se genera una dinámica real en la que revelar las dudas y las dificultades resulta fácil... incluso agradable; Los miedos al juicio se desvanecen... la autenticidad trae más autenticidad; el compartir nos lleva a más compartir; el enlace genera más enlace; y el apoyar, más apoyo. Luego, con el tiempo, el grupo adquiere su propia identidad; una identidad marcada por un espíritu común que siempre forma parte de un proyecto global.

Aquí, más que nunca, la escucha sana, el enriquecimiento de todos, el apoyo, se dan de forma natural. Son pocas las ocasiones en las que el siguiente refrán revela toda su verdad: “Cuando soy débil, es cuando entonces soy fuerte”.

La situación de grupo, gracias en particular a la posibilidad de observar a los demás, potencia el efecto espejo. Es así como la simple identificación favorece el surgimiento de conciencias cruciales sobre el propio trabajo. Y ahora, gracias a la participación de todos, la conciencia de todos y cada uno va en aumento. Se logra más transparencia para con uno mismo en cuanto a sus propias acciones, a sus propias responsabilidades. De este modo, el practicante se siente más seguro en las situaciones, a menudo complejas, que marcan su práctica.

Por todas estas razones, la sinergia específica de los grupos promueve la adquisición de un significado profundo y siempre revela un potencial indiscutible de transformación.

¿Y a nivel práctico?

Al tratarse de un grupo, la noción de compromiso se vuelve central. Por tanto, para recibir el alcance completo de la supervisión colectiva, es fundamental respetar la frecuencia establecida. La diligencia dentro del grupo es garantía del respeto que reina entre cada miembro. Se trata también de la eficiencia del trabajo que allí se realiza, del nivel de satisfacción que se obtiene del mismo y de la eficacia profesional que ahí se adquiere.

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Condiciones

Para este formato las sesiones se realizan cada 15 días. ​

El número mínimo de participantes para iniciar un grupo es de 2 personas. Para garantizar la calidad del trabajo y favorecer la creación de una sinergia óptima, este número no puede exceder de 4 personas. ​

El compromiso mínimo es de 6 meses. ​

Es posible unirse a un grupo en cualquier momento durante los primeros dos meses.

Las sesiones tienen una duración proporcional al número de personas presentes. Es decir que cada supervisado tiene un tiempo aproximado de una hora. ​

Para cada profesional, el coste de la sesión de supervisión es de 100 euros al mes.